*124:The reason

Narras tu:

Ross:...Tierra llamando a ___.

Tu:Que? Ah, perdona.-saliendo de mis pensamientos-Que pasa?

Ross:Te estaba hablando y te has quedado ahí pensando. Estás bien?

Tu:Y-yo... Si. Es solo que estoy algo distraída. 

Ross:Segura? Desde que salimos del hotel estas rarísima. Pareces preocupada. 

Tu:No es nada. Solo...

Mi teléfono sonó una vez más. Llevaba toda la mañana igual. Me sobresalté, miré la pantalla un momento y en seguida lo apagué.

Toda la mañana habían estado mandándome mensajes. Amenazas. Siempre la misma persona. Lo bloqueaba y enseguida llegaba otro mensaje de un número distinto. Decía que me observaba. Mandaba fotos del lugar donde estaba. 

Ross:Que solicitada estas hoy.

Sonreí un poco, tratando de fingir que me había divertido su comentaría cuando solo me hacía pensar en esos mensajes.

Ahora estábamos en el aeropuerto. Habíamos alargado lo de quedarnos en Londres un día más y ahora estábamos esperando el próximo vuelo a Alemania. Solo quería subir a ese maldito avión y que me dejaran en paz. Después de eso... Todo terminaría. O de eso tenía esperanza.

Ross:Voy por algo de comer. Te traigo algo?

Tu:Voy contigo.-me levanté rápidamente. No quería quedarme sola.

Trataba de disimular pero miraba a todas partes a cada paso que dábamos. No podía quitarme de la cabeza la idea de que alguien me estaba observando.

Ross:Princesa, es enserio. Estás bien?

Tu:En serio, estoy bien.-lo miré tratando de convencerme pero probablemente no lo conseguí. 

Al cabo de un rato embarcamos. Mientras esperábamos a despegar no dejaba de mover las piernas, ansiosa, nerviosa. Solo quería salir de allí. 

Despegamos y, cuando estuvimos en el aire, suspiré, aliviada. 

A partir de allí me relajé.

Ross:No entiendo que es lo que te preocupaba pero me alegra que estés más calmada.-me atrajo hacia él y me dio un beso en la frente.

Creo que me dormí el resto del vuelo porque no recuerdo nada más. Llegamos a las 6 pm a Alemania. Al día siguiente los chicos tenían un concierto así que fuimos directos al hotel. Ross se quedó un rato con los chicos abajo y yo subí. Prefería ir a estudiar un rato.

Subí, me puse algo cómodo y saqué mis libros. Encendí de nuevo mi teléfono. Seguían los malditos mensajes. Cada vez más. Trataba de ignorarlo. Probablemente terminarían por parar. Solo era alguien que quería asustarme. 

Traté de estudiar pero no podía concentrarme. En el fondo me asustaba un poco. Pero ahora estábamos en Alemania. Lejos de Londres. Quien quiera que fuese, estaba en Londres y no iba a hacerme nada.

Estaba sentada en el suelo, al lado de la cama. Pensando en todo eso, cuando alguien me tocó el hombro.

Ross:___.-me llamó

Tu:Que susto.-me levanté

Ross:Creí que ibas a estudiar. 

Tu:Si. Es solo que... No podía concentrarme. 

Ross:Creí que estabas mejor. Que es lo que te preocupa?

Tu:Exámenes.-dijé lo primero que se me ocurrió. Creo que no soné demasiado conveniente-Tengo muchos a la vuelta y... Bueno, supongo que no dejo de pensar en eso y... Me cuesta concentrarme.

Ross:Bueno... Que te parece si te llevo a cenar y así te distraes un rato? Puedes estudiar luego. Aún tienes tres semanas para prepararlo todo antes de que volvamos.

Tu:Tienes razón-sonreí está vez de verdad-Ok. Voy a cambiarme.

Me fui al baño y, mientras caminaba, agité la cabeza, negando, trataba de apartar esos pensamientos. Solo... Tenía que ignorar esos mensajes. Acabarían por parar.

Salí al cabo de unos minutos. 

Ross:Estas preciosa-me besó, sonriendo.

Tu:G-gracias-me sonrojé.

Ross:Sabes, Rydel me ha recordado que hoy, hace seis años, se estrenó...

Tu:Oh, cierto. La película.-recordé.

Ross:Si. Podemos verla cuando volvamos, si quieres. 

Tu:Si. Será divertido. 

Fuimos a un restaurante de ahí cerca.

Tu:Mmm... Pasta.-dije cuando me entregaron un plato de boloñesa.

Ross:Princesa, eres rarísima. Pides pasta en Alemania, sushi en Francia... No tiene sentido.

Me encogí de hombros.

Tu:Que le vamos a hacer? Soy así de especial.-cogí mi tenedor y comencé a comer mis espaguetis. 

Ross rió un poco.

Tu:Además, mañana tengo el día entero para probar algún plato alemán. Hoy quiero espaguetis.-después de masticar continué-Y un batido. Un gran batido de vainilla con nata por encima y sirope de chocolate. 

Estaba dejando de preocuparme lo de los mensajes. Con Ross me sentía segura. No podía pasarme nada mientras estuviera con él.

Ross:Dudo que aquí vendan batidos. Pero podemos comprar uno en el camino de vuelta al hotel.-sonrió haciéndome sentir mejor aún. Siempre sabía qué decir. Siempre quería hacerme feliz y complacerme. Era increíble. Lo amaba.

Tu:Claro. Pero...

Mi teléfono vibró. Era un mensaje. Paré de hablar y miré la pantalla. Palidecí y esta vez sí que me asusté.

«Precioso vestido, amor. Pero sabes que solo me gusta que te pongas cosas para mí. Te perdono. No te preocupes. Sé que te arrepientes. Pronto podremos estar justos.»

Ahora lo sabía. Era Blake. Y no pararía. Estaba allí. Me estaba vigilando.

Ross:Estas bien? Que ha pasado.

Sacudí la cabeza, tratando de olvidar lo que había visto en la pantalla. 

Tu:N-nada. De verdad.-sonreí otra vez pero ahora era fingida. No quería preocuparlo. Encontraría la forma de solucionarlo-Estoy bien.

Ross:___ hablo en serio. Llevas todo el día igual. Que te pasa con ese maldito teléfono?-comenzaba a molestarse.

Tu:Nada. Solo he leído algo que no me ha gustado. Ya sabes, los típicos comentarios.-era obvio que no sonaba convincente. El me conocía. Sabía que le estaba mintiendo.

Ross:Por qué te empeñas en mentirme?

Tu:No te miento.-mi voz se quebraba. No quería mentirle. Pero no podía contárselo-Es solo que... 

Ross:Es solo que no me dices la verdad.-dijo serio mientras se levantaba.

Dejó el dinero de la cuanta en la mesa.

Ross:Me voy. Te veo en el hotel.

Me cogí la cabeza con las manos, apoyando los codos en la mesa. Por qué tenía que complicarse todo siempre?