Llevaba un rato caminando. Ah! Como odiaba esto! Si solo me hubiera quedado en casa... Aunque, bueno, la verdad era que... Tal vez me había pasado un poco con Ross. El no tenía la culpa de todo lo que había pasado y solo me había llevado allí para que pasáramos tiempo juntos. Y nos habíamos divertido muchísimo. Y... Tampoco es que fuera a perderme la reunión. Era por la tarde y nos daría tiempo a llegar.
Ahora que lo pensaba en frío... Había exagerado mucho las cosas. Pero... No podía ir y decirle que lo sentían. No después de lo que habíamos dicho. Él había prometido que esta vez no volvería diciendo que lo sentía y sabia que no lo haría. No tenía porque hacerlo. No era su culpa. Pero yo tampoco lo haría. El había dicho que yo no seria capaz de defenderme sin él y le iba a demostrar que se equivocaba.
Así que ahí estaba yo. Parada en mitad del centro de San Francisco a las nueve y media de la noche. Sin saber a donde ir. Que se suponía que iba a hacer? Donde iba a dormir? Busqué en mi mochila el teléfono para avisar a Anne y Eric que no volvería hasta mañana y explicarles la situación.
Lo encontré y, para mi sorpresa, tenía algo de dinero. Tal vez el suficiente como para buscar donde dormir.
Vagué durante un rato por las calles hasta que encontré un Motel. Me había alejado bastante sin darme cuanta ya decir verdad no estaba en el centro, mas bien a las afueras. Ross tenía razón. Me orientaba de pena.
Por suerte tenía suficiente como para pagar la habitación.
Cogí la llave y fui hasta ella. Era la número 19. Abrí y dejé mis cosas junto a la cama. Bueno, mi mochila y chaqueta. Después me tiré a la cama mirando al techo. No sabia como volvería en la mañana. Aunque eso ya lo vería en su momento.
Pero había algo que no podía sacarme de la cabeza. Ross. Él no tenía dinero. Se lo había gastado todo. Yo me moría de hambre y probablemente en tambien. Además donde dormiría? En un banco en el parque? Tal vez... Debería... Ir a buscarlo. Si. No podía dejarlo tirado. No podía dormir tranquila mientras él estaba ahí fuera. Hacia mucho frío y...-corrí la cortina para mirar afuera-Había comenzado a llover. Y no parecía que fuese a parar. Cada vez era mas fuerte.
Decidido. Tenía que ir a buscarlo.
Narra Ross:
No podía dejar de pensar en como estaría (tn)__. Acababa de comenzar a llover y probablemente estaría perdida por ahí. Con lo mal que se orientaba... Y tendría hambre. Al menos si estuviéramos juntos encontraríamos los dos una solución. Tal vez me había pasado. No sabia que me había ocurrido. Me había enfadado y había dicho cosas de mas. No debí decirle que seria mejor si tuviera otra novia. Es verdad, a veces me había rabiar, pero la amaba. Y nada cambiaría eso.
Había un rato me había dado cuanta de que tenía un billete de 5 dólares en el bolsillo de la chaqueta. Había comprado algo de comer para mi y también para (tn)__. Probablemente no querría aceptarlo, por mucha hambre que tuviese. Era muy orgullosa a veces. Pero era una de las cosas que me había echo enamorarme de ella. Igualmente lo compré y lo guarde para cuando la viera al otro día.
Pero no podía dejar de pensar en si estaba bien o no. No podía dejarla sola, perdida en las calles de San Francisco. Con un frío tremendo y una lluvia tan abundante. Cogería una pulmonía.
Decidido salí del centro comercial al que había entrado para refugiarme y comencé a buscarla.
Narras tu:
Tras mucho preguntar conseguí volver al acuario. Ahora solo me quedaba buscar por los alrededores para tratar de encontrar a Ross. Esperaba que se hubiera alejado mucho. Estaba empapada y eran casi las 11pm.
Pasé un rato buscándolo pero nada. Esa ciudad era demasiado grande y probablemente me había vuelto a perder. Iba a acercarme de nuevo al taller de autos para ver si alguien que pasara por ahí lo había visto o algo.
Pero de pronto resbalé. Ya me veía en el suelo, cuando, repentinamente, sentí que unos brazos me sujetaban.
Ross:Hey, cuidado.-me ayudó a enderezarme.-Estas bien?-me preguntó preocupado.
Tu:S-si. Gracias.-bajé la cabeza.
Estaba muy cerca de mi y sentís su pecho subir y bajar a cada respiración que daba. Mis manos estaban sobre su mecho, ni siquiera lo había notado. Su ropa estaba mojada y, sobre su camiseta blanca, se notaba su abdomen bien marcado. Me temblaban las piernas y no era por el frío. Ahora que estaba ahí, con él, no me atrevía a decir nada. Seria patético. Pero no podía dejarlo tirado, en el fondo lo sabia.
Tu:Eh... Yo... Te estaba buscando.
Ross:Ah, si?-sonrío enarcando una ceja. Notablemente complacido.
Tu:Solo...pensé que... Quizás querrías... Tener donde dormir esta noche.
Ross:Donde dormir?
Tu:Eh... si. Tenía algo de dinero, no me había dado cuanta. Encontré un Motel donde dormir. Creí que no querrías pasar la noche en la calle.
Ross:Creíste bien. Yo... La verdad es que también te estaba buscando. Pensé que tendrías hambre.
Sacó de su bolsillo una bolsa bastante arrugada.
Ross:Lo siento. Esta un poco aplastada pero es tarda de arándanos.
Tu:Gracias-sonreí tiernamente.
De pronto recordé la discusión y volví a ponerme firme. No quería que pensara que había conseguido ablandarme.
Tu:Bueno... Quizás deberíamos irnos ya. Se hace tarde.-comencé a caminar pero me detuve de golpe.
Ross:Ocurre algo?
Tu:Esto... En realidad... No recuerdo el camino.
Ross:-soltó una carcajada.
Tu:No es gracioso, ok?-intentando contener la risa.-Estoy empapada y tengo mucho sueño.
Ross:Bueno, entonces por que te ríes?
Tu:No me río-reí y le di un codazo.
Ross:Ok. Ok. Dime la dirección y yo encuentro el camino.
Tu:Eh...si.-se la dije y nos pusimos camino.
Mientras caminábamos ninguno decía nada. Sentía las manos heladas y no dejaba de mirar al suelo. Me sentía culpable por como le había hablado.
Tu:Ross. Yo...lo siento.
Siguelaaaa
ResponderBorrar